Una diosa innominada (Parménides)

Nos hemos referido varias veces a la diosa que recibe benévola al héroe –al poeta– como la diosa sin nombre. Pero, ¿qué diosa es esta? Prestemos atención a lo que nos dice Bernabé:

[…] ¿qué diosa es esta? Los investigadores se han esforzado en darle un nombre y han discutido cuál es, olvidando algo que, pese a ser una perogrullada, no carece de validez: si Parménides hubiera querido que la diosa fuera una diosa con nombre, se lo habría dado. La diosa del poema es, pues, deliberadamente innominada; Parménides no quiere revelar –o desconoce– la fuente de la verdad que le ha sido comunicada.1

En B1 tenemos el paso en que la diosa recibe al héroe:

Y la Diosa me recibió benévola,
cogió con su mano mi mano derecha,
y así dijo su palabra y me habló

Kαί με Θεὰ πρόφρων ὑπεδέξατο,
χεῖρα δὲ χειρί δεξιτερὴν ἕλεν,
ὧδε δ᾿ ἔπος φάτο καί με προσηύδα

A la Diosa (Θεά), tal como subraya Marzoa, «[…] no se le da en el poema otro nombre que este. A partir de aquí todo el poema es el discurso de la diosa.»2 En efecto, es en este paso cuando la palabra (ἔπος) pasará a ser un relato poético, un discurso de la diosa sin nombre. Y digamos que si Heráclito escucha el λόγος de múltiples nombres –el dios, el fuego inteligente, acaso Zeus, etcétera–, Parménides, por su parte, escucha una razón sin nombre, esto es, a la diosa innominada.

1Bernabé, 2008, p. 147.

2Marzoa, 2013, p. 33.

Autor: F. Moa

Cuentista a tiempo parcial. Soy antifilósofo porque envidio la imaginación de los filósofos. Todo cambia (incluso las verdades).

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