Mahoma (570-632) pertenecía a una de las dinastías más importantes de la Meca, los “qurays”, pero ésta no formaba parte de la oligarquía dirigente. Tenía unos cuarenta años cuando Mahoma experimentó su primera visión de la que, por decir así, arrancaría la configuración del islam, esto es, inicialmente una reforma religiosa que establecería la Revelación en cuatro etapas marcadas por Abraham, Moisés, Jesús y el propio Mahoma. El islam se consolidaría rápidamente como una nueva religión.
Mahoma y sus seguidores vencieron a la oligarquía de la Meca y la doctrina de aquél quedaría recogida en el Corán. La guerra contra los infieles referida en la mencionada doctrina distinguía entre los paganos, quienes debían convertirse o ser ejecutados, y los pueblos del libro Revelado (judíos, cristianos y persas mazdeos)1, los cuales podían mantener su religión hasta que fuesen convencidos por la Verdad del islam.
Con la muerte de Mahoma (632) se inició el califato2 ortodoxo. De los cuatro califas “ortodoxos”, fue Omar (634-644) quien dirigió la primera fase de la expansión islámica: contra el Imperio persa se conquistó Mesopotamia y la meseta de Irán –el Imperio sasánida desapareció en este momento de la historia–; se tomó del Imperio bizantino Damasco y Jerusalén. Esta rápida primera fase de la expansión islámica se desarrolló durante diez años y fue posible gracias a la debilidad de los imperios bizantino y sasánida, los cuales habían mantenido entre ellos una extenuante guerra.
Con la muerte de Omar (644) se detuvo la expansión islámica durante unos cincuenta años. Esta pausa tuvo como causa principal las guerras civiles, esto es, la pugna entre candidatos al califato.
1Cf. Mitre, E., Introducción a la historia de la E.M. europea, Ediciones Istmo, 2019, p. 78.
2“Califa” significa “sucesor”.
F. Moa 
Interesante el concepto que pudiera emanarse, de «evolución» de una misma religión, en contraposición con lo enseñado (y que tantas guerras a costado), «lucha» de distintas religiones. Un saludo.
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