Antropología: comentario de «Género, diferencia y desigualdad» de Virginia Maquieira (VI)

Hasta ahora hemos visto cómo la antropología empezó a tomar conciencia de su androcentrismo en los años 60 del siglo XX y de cómo intenta combatirlo a partir de categorías como «género». También hemos revisado aquel evolucionismo antropológico del siglo XIX que fundó una suerte de mito consistente en la instauración generalizada en un tiempo remoto de una primera forma de organización social, a saber, el matriarcado, y cómo éste fue derrocado por el patriarcado, dejando así justificado el dominio del hombre sobre la mujer. Después hemos examinado la crítica antropológica del siglo XX, la cual ha combatido la herencia proveniente del referido evolucionismo. Pues bien, ahora vamos a estudiar dos mundos: el doméstico y el público. Son dos esferas éstas que han sido y son muy productivas en la teoría feminista. Tales esferas son las que permiten explicar una asimetría universal consistente en considerar las actividades masculinas más importantes que las asignadas a las mujeres. Veamos, por tanto, cómo esta asimetría está presente en prácticamente todas las culturas.

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Autor: F. Moa

Cuentista a tiempo parcial. Soy antifilósofo porque envidio la imaginación de los filósofos. Todo cambia (incluso las verdades).

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