Atenas: la lucha entre los conservadores y los demócratas

Inmediatamente después de las guerras médicas, Atenas creó la Liga de Delos y, con ella, se iniciaba la Pentecontecia, término este acuñado por Tucídides y que hace referencia al período de cincuenta años —los años que hay entre las guerras médicas y las guerras del Peloponeso— de hegemonía ateniense. Temístocles pasó de ser el héroe de Salamina a un indeseable promotor de la tiranía —por lo menos así lo había caracterizado el partido conservador liderado por Cimón—, lo que provocó su “ostrakización”. Pero la derrota política de Cimón no se hizo esperar. Su fracasado intento de ayuda a Esparta en miras de sofocar los rebeldes ilotas provocó el ataque de los demócratas Efialtes y un joven Perícles, lo que acabó resolviéndose con la “ostrakización” de líder conservador. La derrota política de Cimón fue, por una parte, la derrota del partido conservador, esto es, el partido de los aristócratas, y por otra, la victoria del partido demócrata.

Atenas era ahora dirigida por el partido demócrata de Efialtes. Las reformas que llevó a cabo se sustanciaron en un trasvase del poder de la aristoracia —v.g. del Areópago— a la soberanía popular —v.g. Ekklesía (Asamblea popular) y Heliéa (Tribunal popular)—. Efialtes, de origen humilde y famoso por su desmesurada generosidad, luchó por la democracia hasta que fue asesinado en el 461 a.C. El proyecto democrático, sin embargo, continuaría ahora con Pericles como líder.

Atenas después de las guerras médicas

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El final de las guerras médicas supuso la hegemonía de Atenas y Esparta. Se creó en el 477 a.C. la Liga de Delos, una alianza de carácter anti-persa cuya sede se estableció en la isla de Delos. Atenas lideró la Liga y con ello aseguró su poder en el Egeo. Al convertirse en Imperio, Atenas puso a su servicio esta alianza, constituyéndose de tal modo la principal característica de la Pentecontecia1.

Temístocles trató de que sus conciudadanos tomaran conciencia de que el peligro no venía ahora de Persia, sino de Esparta, pero el “partido” aristócrata dirigido por Cimón —hijo de Milcíades — logró que aquél fuese “ostrakizado” por una supuesta tendencia a la tiranía. Cimón se convirtió en el máximo estratega de la Liga de Delos e hizo que se retomara la lucha contra el persa. Sin embargo, Cimón también fue “ostrakizado” después de su error de cálculo político al ofrecer ayuda a Esparta2. Esto significaba la derrota de la política aristocrática ateniense y que el “partido” democrático, liderado por Efialtes y apoyado por un joven Pericles, se hiciera con las riendas de la “pólis” ateniense. Con los demócratas se debilitó el Areópago en favor de la “Ekklesía” y la “Heliéa”. Es decir, la soberanía popular adquiría en este momento un poder que hasta entonces nunca había tenido. Este hecho provocó tensiones entre los demócratas y los aristócratas que desembocaron en el asesinato de Efialtes en el 461 a.C. Pero a pesar de este asesinato, el programa democrático siguió adelante con Pericles a la cabeza.

1«Término de Tucídides, recogido por la moderna historiografía griega, para indicar el período de medio siglo […] comprendido entre el fin de las guerras de Persia (478 a.C.) y el inicio de la del Peloponeso (431 a.C.), caracterizados por la hegemonía de Atenas […]» (Enciclopèdia.cat)

2Después de un terremoto en Mesenia, se produjo una revuelta de los ilotas y los espartanos solicitaron ayuda a Atenas para sofocarla. Cimón hizo que se enviara una expedición ateniense al Peloponeso para apoyar a los lacedemonios, pero éstos finalmente rechazaron la ayuda, lo que provocó la indignación ateniense.

Grecia clásica en 12 puntos

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Pericles

1. Democracia ateniense

La democracia ateniense en el contexto de la Grecia clásica es un fenómeno que tiene lugar entre los siglos VI y IV a.C. Su aparición vendrá fundamentada, por decir así, en la quiebra de una tradición que consistía en atribuir la gestión de la comunidad a unas familias: la aristocracia. Podemos dividir el fenómeno de la democracia ateniense en cuatro etapas:

1ª) Las leyes de Solón (594/93 a.C)

Con Solón se ponen las bases de la democracia por medio de unas leyes escritas. A raíz de tales leyes, los ciudadanos pueden acceder al poder a través de magistraturas. El linaje se sustituye por la riqueza como «llave» de los derechos políticos de un ciudadano.

2ª) Gobierno de Pisístrato y sus hijos (546-510 a.C)

Pisístrato ejerce una tiranía que mantiene las reformas de Solón. La masa, esto es, el δημος adquiere protagonismo y conciencia de poder.

3ª) Las reformas de Clístenes (508-501 a.C)

Clístenes introduce las refoprmas de las tribus y crea un nuevo Consejo que está abierto a todos los ciudadanos en detrimento del Areópago.

4ª) Efialtes y la democracia radical (462-61 a.C)

Efialtes consolida el δημος en el poder y la democracia adquiere una forma radical (rotación de poder, participación de todo ciudadano en la gestión pública). Se puede decir que a partir esta democracia radical, la iniciativa individual se convierte en enemiga del sistema: «[…] no debe gobernar el hombre, sino la ley»1.

2. Rasgos distintivos de las democracias atenienses

Con el advenimiento de la πόλις se manifiesta un fenómeno social y cultural cuyo centro de gravedad está ocupado por la democracia directa, esto es, una asamblea abierta a todos los ciudadanos (igualdad de voz y voto), lo que conforma una de las diferencias más significativas respecto a las democracias actuales (democracias representativas). R.L. Melero apunta que en la πόλις ateniense no existe diferencia entre los conceptos ciudadano e individuo. ¿Qué quiere decir esto? Un colega del foro filosofiauned.es comentaba: El hombre es un ser racional y un animal social. Para alcanzar su perfección, el individuo debe participar de la pólis, mediante el lógos y la práctica de la virtud, lo cual exige dejar a un lado el egoísmo, es decir, aquellos rasgos demasiado individuales. Lo importante aquí es la relevancia que tiene la pólis como una empresa de supervivencia colectiva. En otras palabras: en la antigua Atenas, el interés público es superior al interés individual. Lo que perdura de esa concepción en el Estado actual es la necesidad de cooperación social para asegurar la supervivencia colectiva. Pero ya no se identifican de forma tan estrecha el individuo y el ciudadano2. En cuanto a la separación de poderes (característico de las democracias actuales) simplemente no existe, del mismo modo que no existe la figura de la degoración de una ley, lo que provoca en la Atenas clásica una acumulación y mezcla legislativa que por fuerza hará más complicada la gestión jurídica de la πόλις.

3. La cuestión de la igualdad entre ciudadanos

El concepto de igualdad es inherente al concepto de πόλις. Tenemos en la πόλις una comunidad de ciudadanos que comparten y defienden un territorio. Ahora bien, esta igualdad está referida a un grupo restringido de habitantes de la πόλις, a saber, varones que no sean esclavos o extranjeros (o descendientes de éstos). Administrar la comunidad equivale a ejercer un poder, lo cual es algo deseable. Si hay igualdad para acceder al poder, se entiende que hay iguadad entre ciudanos, siendo esto último la meta de la democracia griega.

Con Solón se dio el paso decisivo para transitar desde un sistema donde el linaje determinaba el acceso al poder político a un sistema cuyo acceso venía determinado por el factor económico del ciudadano. En efecto, queda claro con lo recién dicho que la democracia griega no pretende una igualdad económica entre sus ciudadanos. De hecho, en la etapa «más lograda» de la democracia ateniense desde un punto de vista político es el que coincide con el momento de más desigualdad económica entre ciudadanos, lo que al cabo constituirá una causa decisiva del fracaso de la mencionada democracia. Para este fracaso contribuirá el hecho de que mientras los que no tienen recursos (desocupados) reciben salarios para asistir a la asamblea y a los tribunales, los ricos (y los no tan ricos pero con posibilidades) viven como marginados de la política en la medida en que están ocupados en sus negocios.

4. Solón y la democracia ateniense

«Heródoto lo presenta [a Solón] como sabio, legislador y poeta»3. Solón encarna la figura política más prestigiosa de la historia ateniense. La Ἀθηναίων πολιτεία (constitución ateniense redactada por algún miembro de la escuela de Aristóteles) del s. IV atribuye a Solón la creación de la democracia ateniense. Su obra política viene motivada por un enfrentamiento interno en Atenas (stasis/στάσις). Tal stasis no tiene su origen en un malestar de los pobres frente a los ricos, sino en una rivalidad de unas élites con intereses en el sector artesano-comercial frente a las élites cuyos intereses están situados en el sector agrícola. Este conflicto arrastrará a los diferentes estratos sociales que dependen de aquellos sectores. Solón fue el hombre que se encargó de mediar y legislar tal conflicto.

5. El nuevo cuerpo de ciudadanos

Solón libera a los campesinos sometidos a la servidumbre por razones de deudas no saldadas. A partir de ahora quedará prohibido tomar a la persona endeuda como garantía del pago pendiente. Solón constituye cuatro clases en función de las rentas de los ciudadanos. Tales rentas de los ciudadanos serán, al cabo, las que determinarán la cuota de participación de éstos en el gobierno. Se trata, pues, de un sistema elitista que viene a remplazar al sistema de linaje. Gracias a este nuevo sistema, aumentará el número de ciudadanos que forman parte del cuerpo dirigente de la polis.

6. El papel de la tiranía de Pisístrato

Después de la marcha de Solón, Pisístrato se convirtió en tirano de Atenas. Con el tirano se abre en esta polis un periodo de prosperidad económica que incluye una reforma urbanística. Pisístrato mantuvo las leyes establecidas por Solón, lo que permitió que se abriera el camino hacia la democracia. Tras la marcha de Solón se consolidaron tres facciones:

a) Llanura: terratenientes (dirigida por aristócratas). Tienen como objetivo el orden previo oligarquía.

b) Costa: industria/comercio (dirigida por aristócratas). También quieren una oligarquía, pero acaso más moderada que la que propugnan la Llanura.

c) Alturas: los campesinos más pobres (dirigida por Pisístrato). Propugnan la democracia.

7. Las nuevas tribus y el nuevo consejo de Clístenes

Después de Pisístrato, Clístenes realizó una transcendental reforma de la constitución, por lo que Heródoto lo considera el verdadero forjador de la democracia:

a) Sustituye las antiguas 4 tribus encabezadas por familias aristocráticas por 10 nuevas tribus en cuanto unidades electorales libres -a diferencia de las antiguas- de dependencias sociales de los ciudadanos con las familias importanes.

b) Crea la Boulé (consejo [similar a un senado]) con 500 miembros -50 por cada tribu- eligidos cada año por sorteo y sin posibilidad de reelección. La èkklesía (asamblea) sólo puede tratar asuntos propuestos por la Boulé. El viejo consejo aristocrático, esto es, el Areópago no se ha eliminado todavía -quedará eliminado con Efialtes-, pero su papel es cada vez menos significativo.

8. Del demo rural al demo administrativo

Se establecieron unas 140 demos en el territorio del Ática y en la πόλις, esto es, Atenas, quedó dividida en varias demos. Un demotes es un miembro de un demo y tiene la condición de ciudadano, o sea, puede participar en el Consejo [parecido a un Senado] (Boulé), la Asamblea (Ekklesía) y el Tribunal Supremo (Heliaia). Los demos son pequeñas comunidades autónomas (y también unidades de reclutamiento/tributación).

9. El fin del poder del Areópago

A mediados del S.V a.C está constituida la Boulé. Dividida en 10 partes, cada una de ellas asume la prytaneia (pritanía) una décima parte del año. Al mismo tiempo la pritanía cambia de presidente cada día a través de una elección por sorteo, siendo este presidente no sólo el presidente de la prytaneia, sino también el de la Boulé y, a partir del 487 a.C., de la Ekklesía. Con Efialtes -apoyado por Perícles- se arrebata al Areópago los poderes judiciales en el 462 a.C. El Areópago concentraba un colectivo con la mayor y mejor experiencia, «pero la experiencia y la cualificación estaban en conflicto con el principio de la igualdad política de los ciudadanos […]»4.

10. El imperialismo ateniense

La batalla de Salamina (principios del s.V a.C.) significa la derrota de los persas y el auge de la democracia ateniense. A partir de ahora el poderío naval ateniense dominará el mar Egeo con su Liga Délica: protege a las póleis del mar Egeo [e impone la democracia en éstas excepto aquellas con oligarquías colaboradoras] a cambio de aportaciones económicas y militares. Sea como fuere, el imperio económica era muy gravoso para tales póleis.

Pentecontecia5

Entre el 480-430 a.C las arcas atenienses se muestran rebosantes gracias a su imperio económico. Este periodo de cincuenta años se situa entre la victoria de Salamina ante los persas y el inicio de la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.). Durante la Pentecontecia el estratego Pericles desde su magistratura militar logra que Atenas se embellezca gracias a los recursos económicos de la Liga Délica. Gracias a tales recursos, los ciudadanos cobran para asistir a las asambleas, formar parte de los tribunales, etcétera. «El sostenimiento de la democracia ateniense depende, por tanto, en muchos sentidos del mantenimiento de un imperio claramente opresivo para los que lo sufren»6.

11. La política de los demagogos

Atenas convertida en un imperio comercial es sinónimo de polis compleja. En esta Atenas que domina el el mar Egeo, una masa de ciudadanos mal informada vota en la asamblea. La mencionada masa es demasiado influenciable, esto es, se deja manipular por los que dominan la retórica. Tales manipuladores expertos en el arte de la retórica son los demagogos (demagogós = el que arrastra a los demás). El demagogo es la figura clave de la democracia ateniense en su fase más avanzada. En su mayoría los demagogos son ciudadanos de familias aristocráticas y ricas. Los tales halagan con sus discursos al demos para así ganarse su favor (sus votos). Estos demagogos son políticos corruptos y, por tanto, se deslindan de los valores éticos.

12. El recurso de la utopía

Se produce un desencanto en Atenas por el funcionamiento de la democracia [radical]. En tales circusntancias surge un pensamiento utópico que teoriza sobre posibles soluciones (teoría política). Podemos poner de ejemplo de tales utopías:

      1. Una constitución mixta, esto es una democracia oligárquica.

      2. Una vuelta a los orígenes idealizados.

        a) Esparta (S.III a.C.) lleva a cabo una revolución [reparto equitativa de las tierras entre todos sus habitantes (no sólo entre sus ciudadamos)]. Tal revolución queda abortada a causa de la derrota que sufre ante Macedonia.

Estas utopías querían resolver la stasis que hizo estragos durante el S.III a.C. Pero no resolvieron el problema de la democracia, la cual acabó hundiéndose.

1Melero, 2015.

2Esta respuesta fue ofrecida por Moira en el foro de la UNED.

3Melero, 2015. Pág. 270.

4Melero, 2015. Pág. 288.

5Periodo de 50 años.

6Melero, 2015. Pág. 294.

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