Las tres vertientes de la filosofía según Buenaventura

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Buenaventura y los tres pilares de la filosofía

Buenaventura de Bagnoregio (1217-1274) asume el esquema tradicional de la división tripartita de la verdad. Es decir, la filosofía, en cuanto facultad natural, está constituida por el lenguaje (“voces”), la naturaleza (“res”) y la conducta humana (“mores”). En la “Colación IV” de Buenaventura podemos encontrar cómo este pensador concibe los tres pilares de la filosofía: es una “triple verdad” formada por la verdad de las cosas, la verdad de los signos o voces y la verdad de las costumbres. Esto significa que todo es por naturaleza, por razón y por voluntad. La triple verdad se desarrolla en el alma y puede elevarse a las cosas eternas y a la causa de Todas, a saber, Dios. Esta elevación, señala Buenaventura, será mucho más accesible desde la fe —recordemos que el pensador franciscano es fiel a la tesis iluminista de San Agustín. El alma “contiene todo el mundo”, apunta Buenaventura, es decir, el alma trata de describir el mundo en sí mismo…

Buenaventura de Bagnoregio (1217-1274) asume el esquema tradicional de la división tripartita de la verdad. Es decir, la filosofía, en cuanto facultad natural1, está constituida por el lenguaje (“voces”), la naturaleza (“res”) y la conducta humana (“mores”). En la “Colación IV” de Buenaventura podemos encontrar cómo este pensador concibe los tres pilares de la filosofía: es una “triple verdad” formada por la verdad de las cosas, la verdad de los signos o voces y la verdad de las costumbres. Esto significa que todo es por naturaleza, por razón y por voluntad. La triple verdad se desarrolla en el alma y puede elevarse a las cosas eternas y a la causa de Todas, a saber, Dios. Esta elevación, señala Buenaventura, será mucho más accesible desde la fe —recordemos que el pensador franciscano es fiel a la tesis iluminista de San Agustín. El alma “contiene todo el mundo”, apunta Buenaventura, es decir, el alma trata de describir el mundo en sí mismo.

La filosofía, en cuanto facultad natural, está dotada naturalmente de seis herramientas con las que se puede desvelar la verdad de las cosas. Buenaventura llama a estas herramientas —las cuales las podemos considerar categorías lógicas o ideas generales de carácter filosófico— “luces”:

sustancia/accidente, unidad/particular; potencia/acto; uno/múltiple; simple/compuesto; causa/causado.

Con tales “luces” la filosofía se puede desarrollar para alcanzar el saber, pues tal como dice Buenaventura en la “Colación IV”:

Estas son seis luces que disponen alma para saber y saber bien […]

Las seis “luces” serán estudiadas, a juicio del pensador franciscano, por medio de nueve ciencias. Por tanto, quien quiera desarrollar la filosofía deberá estudiar estas ciencias que son el trivium y el quadrium, añadiendo Buenaventura otras dos: la astrología y la geomancia2. Con todo, debe tenerse en cuenta que para el pensador franciscano la filosofía no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que puede ayudar a razonar o expresar los postulados teológicos desarrollados a partir de la Verdad de las Sagradas Escrituras. Es por ello que:

[…] en la obra de nuestro autor [Buenaventura] se rechaza el pensamiento filosófico independiente como fórmula válida de su expresión.3

1A juicio de Buenaventura, las facultades humanas que buscan el conocimiento tienen un origen natural y, en justa consecuencia, la filosofía debe entenderse, desde el punto de vista del pensador franciscano, como una facultad natural.

2Buenaventura alude en la “Colación IV” a “[…] la geomancia o la digromancia, y las demás especies de adivinación”. Recordemos: el “trivium” está formado por la gramática, la lógica y la retórica; el “quadrivium” por la aritmética, la música, la geometría y la astronomía.

3Argerami, O., San Buenaventura frente al aristotelismo, revista “Patrística et Mediaevalia”, 1981, p. 23.

La filosofía de Buenaventura como “facultad natural”

[Esta publicación es una revisión de una interpretación que realicé aquí]

Buenaventura (1217-1274) es uno de los principales filósofos franciscanos y el mayor representante del agustinismo. A juicio de Buenaventura, la filosofía es una “facultad natural” porque el alma del ser humano está constituida de tal manera que capta la Verdad en tres ámbitos, a saber: la verdad de las cosas [unión indivisible de esencia y existencia], la verdad de los signos o voces [adecuación de la palabra y el entendimiento] y la verdad de las costumbres [referida a la rectitud de la vida]. Esta “triple verdad” –así la llama el pensador franciscano– es la base de las tres partes de la filosofía que el alma distingue examinando la realidad. Es por este motivo que Buenaventura advierte que no son los filósofos quienes han dividido la filosofía en tres partes de un modo digamos que arbitrario, sino que estas tres partes son constitutivas de la propia realidad y que el alma, de una manera “natural” es capaz de distinguir. Todo es por naturaleza, razón y voluntad, y el alma en cuanto inteligencia natural, dispone de seis herramientas –Buenaventura no habla de herramientas, sino de “luces”– para dar cuenta de los tres ámbitos de la realidad.

Estas son seis luces que disponen al alma para saber y saber bien […]1

Las referidas “seis luces” son conceptos que permiten conocer los objetos que la inteligencia natural examina: sustancia/accidente, universal/particular, potencia/acto, uno/múltiple, simple/compuesto. Además de estas herramientas conceptuales, la inteligencia natural, que es el motor de la filosofía entendida como facultad natural, puede desarrollar aquellas disciplinas que San Isidoro de Sevilla pone sobre la mesa como artes que conducen al saber: el “trivium” (gramática, lógica, retórica) y el “quadrivium” (aritmética, música, geometría y astronomía).

Así pues, Buenaventura entiende que la filosofía es una facultad natural en la medida en que el alma está concebida de tal manera que capta de manera natural los tres órdenes de la realidad: naturaleza, razón y voluntad. Con todo, con las “seis luces” –o herramientas conceptuales–, el “trivium” y el “quadrivium” no es suficiente para alcanzar el saber desde la filosofía: para que el alma pueda elevarse a las cosas eternas y, en definitiva, a la causa de todas (Dios), es necesaria la fe. Pensemos que Buenaventura es el gran representante del agustinismo y que uno de los fundamentos de la filosofía agustiniana la sintetiza la fórmula: nisi credideritis, non intelligetis (si no habéis creído, no entenderéis).

1Buenaventura de Bagnoregio, “Obras completas III, BAC, pp. 255 y ss.”.

Buenaventura: Filosofía como «Facultad natural»

Buenaventura (1217-1274) es uno de los principales filósofos franciscanos y el mayor representante del agustinianismo en su orden. Es fiel a la tesis iluminista de Agustín y aboga por un ejemplarismo consistente en concebir las Ideas ejemplares en la inteligencia divina (Dios)…

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La filosofía de Buenaventura como «facultad natural»

Buenaventura (1217-1274) es uno de los principales filósofos franciscanos y el mayor representante del agustinismo en esta orden. Fiel a la tesis iluminista de Agustín, vamos a ver cómo este autor fundamenta la “facultad natural” que constituye la filosofía a partir de la iluminación divina. También vamos a ver cómo las artes liberales que Agustín llamó saeculares (mundanas) van a ser para Buenaventura las disciplinas indispensables que van a permitir el aprendizaje y el desarrollo de la filosofía…

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