Historia antigua y medieval: Las «grandes invasiones» del siglo V

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Vamos a hablar de los primeros contactos de los germanos con Roma y sobre las «grandes invasiones» del siglo V. ¿Qué objetivo tenían los visigodos cuando saquearon Roma? ¿Tal vez la destrucción del Imperio? ¿Qué pasó con las aspiraciones de Atila? ¿En qué momento se inició una mezcla de romanismo y germanismo? Hablemos de ello.

La caída del Imperio Romano en Occidente

En los primeros decenios del siglo V se manifestó la debilidad territorial de Occidente. En tanto los soberanos orientales desviaban hacia Occidente los pueblos bárbaros, en occidente la irrupción violenta de éstos exigía la intervención militar del hombre fuerte del emperador Honorio, a saber, Estilicón, quien venció a cambio de dejar las fronteras del Rin y la Britania desprotegidas, provocando con ello que los francos, alanos y vándalos ocuparan gran parte de la Galia y, por su parte, los anglos y sajones Britania. Honorio se trasladó a Rávena (402), pues allí las lagunas que rodeaban la ciudad formaban una defensa natural que hacía más fácil la protección del emperador. Poco después, en el año 410, Alarico saqueaba Roma.

Empujados por los Hunos, los vándalos se desplazaron desde las regiones danubianas al territorio romano atravesando el Rin. Devastaron la Galia y la Hispania, para al cabo formar un reino en el norte de África (429) que duraría más de un siglo, hasta que Justiniano lo conquistara en el año 534. Los hunos de Atila fueron, sin duda, el peligro más grave para el Imperio occidental, y fue un ejército formado por romanos y germanos el que derrotó a Atila en el 451.

Sea como fuere, el Imperio en Occidente se hizo ingobernable, pues no era posible establecer el orden imperial. El poder estaba en manos de un grupo de generales de origen bárbaro, entre ellos el general Odoacro, quien contaba con importantes tropas estacionadas en Italia. Odoacro fue quien depuso en el año 476 al último emperador de Occidente, o sea, a Rómulo Augústolo (475-476). Este hecho pasó casi inadvertido, pues apenas afectaba a la vida cotidiana de los romanos. El emperador oriental Zenón (474-491) no intervino.

En ausencia de un “augusto” en Occidente, [Zenón] se consideró depositario único del título imperial.1

1Salinero, R. G., Manual de iniciación a la historia antigua, Editorial UNED, 2022, p. 489.

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