Centrémonos ahora en B6 en su totalidad:
Es preciso decir y pensar que el Ser existe, pues existe, pero la nada no existe
Y esto te ordeno que aprendas.
Así pues, primero desde este camino de búsqueda,
pero después sobre aquel en el que se extravían los mortales que nada saben,
bicéfalos, pues la impotencia en sus pechos rige una mente errante.
Son llevados sordos y ciegos a la vez, pasmados, turba sin juicio,
para quienes ser y no ser es tomado por lo mismo y no lo mismo,
de todos es propio un camino regresivo.
En este fragmento nos volvemos a encontrar el camino de la verdad que en B2 se enuncia como: ‘que el ser existe y que no puede no existir’. En B2 se enunciaba otro camino que podemos llamar del error: ‘que el ser no existe y que no puede no existir’. Y ahora en B6 la diosa innominada nos muestra otro camino, a saber, el de la opinión (δόξα). Por el camino del error estarían transitando los pitagóricos, pues admiten el vacío. ¿Pero quiénes son los que se extravían por el camino de la δόξα? Podemos suponer que Heráclito y todos aquellos que están de acuerdo con el efesio, o sea, con el λόγος. Escuchemos a Bueno:
[…] suponemos que Parménides conoció la metafísica de Heráclito (los argumentos de Reinhardt, en defensa de la tesis de la anterioridad de Parménides respecto de Heráclito, no suelen hoy ser aceptados). Incluso que su Poema se dirige explícitamente, en parte o en todo, contra él. Por ejemplo, en el frag. 6 del Poema, cuando se refiere a «esos hombres ignorantes, bicéfalos (δίκρανοι) para quienes el camino de todas las cosas es regresivo (παλίντροπός)». Simplicio (Diels, 28, b 6) ya interpretaba «bicéfalos» como referido a los que componen los contrarios; también el término παλίντροπός se ajustaría bien a la tesis de Heráclito, según la cual cada cosa se transforma en su opuesta.1
Heráclito, en efecto, nos llega a decir, de algún modo, que somos y no somos, lo cual, desde luego, hace que el efesio quede “señalado” desde una perspectiva parmenídea como uno de esos bicéfalos. Veamos, por ejemplo, lo que nos dice el efesio en su B49a:
Entramos y no entramos en los mismos ríos, estamos y no estamos.
—
Ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομέν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμέν τε καὶ οὐκ εἶμεν.
Tal vez la causa fundamental por la cual Heráclito se encontraría metido en el saco –o en el río– de los bicéfalos estaría ahí donde dice: εἶμέν τε καὶ οὐκ εἶμεν. Sin embargo, ¿lo que he traducido como estamos y no estamos puede equivaler a un somos y no somos? Permítame, lector, que seguidamente anote la interpretación que hice en su momento de este fragmento de Heráclito:
El πάντα ῥεῖ que no aparece en ningún fragmento de Heráclito queda expresado en este pasaje. Algunos, como por ejemplo Gaos, traduce el ἶμέν τε καὶ οὐκ εἶμεν como “somos y no somos”, pero tal traducción, a juicio de miradas filosóficas como la de Mondolfo, rompe la unidad de la sentencia, por lo que deberíamos deslindarlos de la interpretación existencial (somos y no somos) y ajustarnos a un “estar” inmersos en una realidad en permanente cambio (las aguas del río). Pero también es cierto que la cambiante realidad incluye el “nosotros”, por lo que, mire como se mire: somos y no somos. Y esto último tiene todo el sentido del mundo si tenemos en cuenta que el efesio Heráclito negaba la permanencia de un sujeto a través de las mutaciones.2
Con todo, lo importante de este fragmento no es, probablemente, en saber si el eleata está llamando bicéfalo a Heráclito (y a los que comulgan, por decir así, con el λόγος del efesio), sino en darnos cuenta que estos versos están marcando la distinción entre los sentidos (caminos habituales y falsos) y la razón (el camino de la verdad, esto es, aquel que aprehende lo único real, a saber, el Ser. Vemos que nos dice Bernabé:
No ha cesado la discusión de si Parménides alude aquí a Heráclito. No se le menciona por su nombre, pero hay ciertos ecos léxicos que dan pie a la suposición. En todo caso no es un problema fundamental, además de que el filósofo está aludiendo en plural a más de una persona.3
1Bueno, pp. 207-208. «La interpretación clásica de la filosofía de Heráclito parte de dos tesis: 1) Que todo fluye y nada permanece (nada “es”), lo cual queda sintetizado en la expresión πάντα ῥεῖ; 2) Unidad de contrarios. La tesis 1) la podemos encontrar expresada en el fragmento B91a: «Pues no es posible entrar dos veces en el mismo río”. En cuanto a la tesis 2) léase el fragmento B88: “Lo mismo en lo viviente y muerto, y lo despierto y lo durmiente, y también lo joven y lo viejo. Pues esto se ha convertido en aquello, y aquello, de nuevo, en esto se ha convertido”. Esta interpretación clásica de Heráclito se pone frente a la de Parménides, dando así lugar a una exposición habitual y convencional de la historia de la filosofía griega» (Moa, 2020, p. 10).
2Moa, 2020, p. 96-97.
3Bernabé, 2008, p.150.