La división de las ciencias según Boecio

Boecio, «el último de los romanos y el primero de los escolásticos», vivió entre los siglos V y VI en un momento de profundos cambios políticos y religiosos. Es este un autor fundamental al que tenemos que aproximarnos si queremos comprender el pensamiento medieval. Una de sus principales aportaciones no es sino la división de las ciencias teóricas, una división que sigue muy de cerca la tradición aristotélica y con la que se inaugura el pensamiento filosófico tal como hoy en día lo conocemos.

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Forma y naturaleza con Boecio

Boecio (ca. 480 – ca. 524), autor imprescindible para comprender el pensamiento medieval, trató de aclarar conceptos tales como “naturaleza” y “ciencia”. En su “Contra Eutiques” podemos hallar cuatro modos de entender el concepto “naturaleza”:

  • Todos los seres corpóreos (o sustancias) compuestos de materia y forma.
  • Cada una de las sustancias (o singulares) según sus propiedades o atributos.
  • Como principio de movimiento por sí mismo (=”physis”).
  • Más allá de los seres corpóreos, también referido a los seres no corporales (sin materia).

La ciencia se fundamenta en el estudio de las formas que provienen de las esencias (“lo-que-es” [id quod est]) de las sustancias y el modo en que estas formas existen en los objetos que percibimos.

Pues todo ser proviene de la forma. Así, la estatua se dice que es la efigie de un animal, no por el bronce, que es la materia, sino por la forma que en él está impresa; y el bronce mismo no se llama (estatua) por la tierra, que es su materia, sino por la figura que tiene el mismo bronce. Y la tierra misma no se denomina (tal) por la materia informe, sino por la sequedad y gravedad, que son formas. Así que nada se dice ser por la materia, sino por la propia forma.1

La forma resulta determinante para establecer la división de las ciencias teóricas. Boecio realiza esta división en función de la relación de la forma con la materia2:

  • Ciencia natural: examina las formas “cum materia”, esto es, aquellos seres dotados de materia y forma.
  • Ciencia matemática: trata las formas “praeter materiam” (v.g. números, líneas, etcétera).
  • Ciencia teológica: estudia las formas “sine materia”.

Algo “es” gracias a la forma, he ahí su esencia, pero la existencia de ese algo es otra cosa, y así lo aclara Boecio con el siguiente principio:

No es lo mismo el existir [esse], que lo-que-es [id quod est]. Pues el existir mismo no es. En cambio, lo-que-es, recibida ya la forma de existir [accepta essendi forma], es y subsiste (axioma II).3

Esta distinción entre “id quod est” (esencia) y “esse” (existir) la desarrollará muchos siglos después Tomás de Aquino (ca. 1225-1274).

1Boecio, “Hebdomadibus”.

2Para una explicación más detallada de la división de las ciencias, consúltese la cuestión “XIV. La división de las ciencias según Boecio”.

3Saranyana, J-I., Breve historia de la filosofía medieval, EUNSA, 2010, p. 26.

La división de las ciencias según Ibn Jaldún

Ibn Jaldún (1332-1395) fue un historiador, sociólogo y filósofo. De familia de origen yemení, ésta se estableció en el Al-Ándalus hasta la caída de Sevilla, momento en que emigró a Túnez y donde luego nacería Jaldún. En su “Introducción a la historia universal” (Muqaddimah), Jaldún describe el conocimiento teológico de las comunidades musulmanas que pretendía establecer un discurso racional y, además, expone las ciencias provenientes de la antigüedad así como la división y el objeto de conocimiento de cada saber…

Roger Bacon y la experiencia

La experiencia y la ciencia experimental marcan un cambio de rumbo de los maestros medievales que estudian la naturaleza. Si alguien quiere conocer, por ejemplo, un fenómeno como el fuego por medio de enunciados generales sin considerar la experiencia que es fruto de sus cualidades, entonces no se podrá demostrar, entre otras cosas, qué objetos son o no son combustibles. Pues bien, Roger Bacon (ca. 1214-1294), que está vinculado con la tendencia empirista e iluminista inglesa –R. Grosseteste y A. Marsh–, señala la necesidad de la experiencia como elemento fundamental para el conocimiento científico. En su Opus maius (Obra mayor), este autor nos habla de dos clases de experiencia…

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