Los contrarios y lo subyacente
Con Aristóteles tomemos φύσις como salir a la luz o nacer. Al analizar aquí el ser se está analizando el llegar a ser, a saber, el movimiento. De este modo podemos apuntar que la doctrina aristotélica del movimiento es la ontología aristotélica de la φύσις.
En principio todo llegar a ser está constituido por contrarios: un εἶδος y su privación. El εἶδος sería el salir a la luz –φύσις–. Por ejemplo un hombre que no es músico llega a ser músico. En este ejemplo tenemos que lo subyacente es el hombre y que intervienen len él los contrarios “no-músico” y “músico”. El hombre –lo subyacente– es el sujeto (ὑποκείμενον). Pero si ahora intentamos comprender el llegar a ser en el sentido de οὐσία –pues el ejemplo anterior hace referencia a unos atributos del sujeto–, ¿qué subyacente sería en llegar a ser hombre? Para la οὐσία no hay contrario y se supone que llegar a ser tiene lugar por intervención de contrarios. En el siguiente apartado vamos a dar respuesta a esta cuestión.
La noción completa de φύσις
Aristóteles nos dice:
«Algunas cosas son por naturaleza [φύσις], otras por otras causas. Por naturaleza, los animales y sus partes, las plantas y los cuerpos simples como la tierra, el fuego, el aire y el agua –pues decimos que éstas y otras cosas semejantes son por naturaleza– . Todas estas cosas parecen diferenciarse de las que no están constituidas por naturaleza, porque cada una de ellas tiene en sí misma un principio de movimiento y de reposo, sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración. Por el contrario, una cama, una prenda de vestir o cualquier otra cosa de género semejante, en cuanto que las significamos en cada caso por su nombre y en tanto que son productos del arte, no tienen en sí mismas ninguna tendencia natural al cambio; pero en cuanto que, accidentalmente, están hechas de piedra o de tierra o de una mezcla de ellas, y sólo bajo este respecto, la tienen. Porque la naturaleza es un principio y causa del movimiento o del reposo en la cosa a la que pertenece primariamente y por sí misma, no por accidente.»1
La φύσις2 es principio del movimiento que rige los seres que son por φύσις (τὰ φύσει ὄντα). La φύσις es el ser de las cosas que son por φύσις (τὰ φύσει ὄντα) y es, por ello, algo siempre subyacente3. «La φύσις es siempre algo subyacente […]»4. Por ejemplo «el movimiento hacia arriba pertenece al fuego precisamente por ser fuego.»5,
De un hombre nace un hombre, pero no un lecho de un lecho. La diferencia radica aquí en el modo de llegar a ser entre τὰ φύσει ὄντα –los entes que son por naturaleza– y ὰ τέχνῃ ὄντα –los entes que son por arte o técnica–. Mientras los primeros llegan a ser por φύσις, los segundos llegan a ser por un saber. Por tanto, la μορφή de un árbol es por φύσις y la de un lecho por τέχνη.
En el apartado anterior habíamos dejado una cuestión abierta:
“¿Qué subyacente sería en llegar a ser hombre? Para la οὐσία no hay contrario y se supone que llegar a ser tiene lugar por intervención de contrarios.”
El no-ser es la δύναμις (potencia, ser en potencia). El ser se dice de dos maneras porque δύναμις es cierta manera de ser. Por ejemplo una semilla es una no-planta, o sea, la semilla es una planta en potencia. No hay un contrario de “olivo” –para la οὐσία no hay contrario– pero sí un “no-ser olivo”, esto es, un ser en potencia un olivo. El olivo en potencia lo encontramos en una semilla. «El ser en el sentido de οὐσία es, a la vez que salir a la luz, subyacer […] La οὐσία como subyacer es la δύναμις.»6 Una flor, por ejemplo, es en potencia un fruto. Al perecer la flor, nace el fruto. Llegar a ser es a la vez perecer. El nacimiento del fruto es ἐντελέχεια (cumplimiento) de la flor, una flor que era, antes de perecer, fruto en potencia. «Aristóteles dice que el movimiento es ἐντελέχεια de lo que es δύναμις […]»7
1Aristóteles, Física (Libro II 192b).
2«Que la φύσις tiene lugar, es ridículo intentar ponerlo de manifiesto.» (Aristóteles, loc.cit.)
3Aristóteles aquí dice lo mismo que especularon los presocráticos, a saber, la existencia de algo fijo y seguro para explicar tal mundo y, por eso, supusieron que por debajo de todos los fenómenos cambiantes tenía que haber una realidad fija: φύσις.
4Marzoa, loc.cit.
5Ibíd.
6Ibíd.
7Ibíd.